eu esse ser
estranho
intimo de
eu mesmo
tens 20 min pra sumir da minha vida!
ou entrar nela pra sempre
Sou composta por urgências:
minhas alegrias são intensas,
minhas tristezas, absolutas.
Me entupo de ausências,
me esvazio de excessos.
Eu não caibo no estreito…
Eu só vivo nos extremos…
Em meu peito carrego uma angústia
Coração pesado, porém vazio
O sol que até ontem brilhava
No alto, agora se esconde
Nas nuvens de um inverno frio.
.
Como o vento eu vago sem rumo
Tentando descobrir quem sou
Nas páginas do velho livro,
Como um personagem caÃdo,
Meu final feliz acabou.
.
Mas quem sabe eu possa um dia,
Pra abrandar o vazio do lençol,
Transformar o amor em poesia
A dor em melodia
As lágrimas em um novo sol.
–
Publicado em 23/06/2010 por leonardostein
Um homem de aço: com alma de baunilha
tão doce, tão cedo,
tão já
tudo de novo vira começo
–
la vie en close
Jorge Allen, el poeta, amaba a una joven pechugona de los barrios hostiles. Según supo después, alcanzo a ser feliz. Una noche de junio, la chica resolvió abandonarlo.
– No te quiero mas – le dijo.
Allen cometió entonces los peores pecados de su vida; suplico, se humillo, escribió versos horrorosos y lloro en los rincones. La pechugona se mantuvo firme y rubrico la maniobra entreverándose con un deportista reluciente. El poeta recobro la dignidad y empleo su tiempo en amar sin esperanzas y en recordar el pasado. Su alma se retemplo en el sufrimiento y se hizo cada vez más sabio y bondadoso. Muchas veces soñó con el regreso de la muchacha, aunque tuvo el buen tino de no esperar que tal sueño se cumpliera.
Mas tarde supo que jamás habrÃa en su vida algo mejor que aquel amor imposible.
Sin embargo, una noche de verano, siete años y siete meses después de su pronunciamiento, la pechugona apareció de nuevo.
Las lágrimas le corrÃan por el escote cuando le confeso al poeta:
– Otra vez te quiero.
Allen nunca pudo contar con claridad lo que sintió en aquellas horas. El caso es que volvió a su casa vació y desengañado. Quiso llorar y no pudo. Nunca mas volvió a ver a la pechugona. Y lo que es peor, nunca mas, nunca mas volvió a pensar en ella ni a soñar su regreso.
Alejandro Dolina, Crónicas del ángel gris.
–
por Sidmar Garay
http://is.gd/fdVui
O nosso amor é tão bom
O horário é que nunca combina
Eu sou funcionário
Ela é dançarina
Quando pego o ponto
Ela termina
—
chico, ela é dançarina
mate com sol em porto alegre,
soleira da porta, cachorro no pé
gato espreguicando
um sorriso que chegou pra ficar
e o pensamento lá em você
eu existo
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